jueves, 16 de mayo de 2013

La Chica Calabaza

La conocí un mes de febrero si mal no recuerdo, sus largas piernas y su altura me hizo llamar su atención, pues destacaba entre la multitud de sus amigas que las dejaba a la altura de sus pechos, (pechos muy bonitos por cierto) mientras reía tomándose un whisky bien cargado con red bull, mirando a ambos lados y buscando algún que otro chico que la mirara para vacilar y atender a su reclamo. A pesar de lo ebria que iba, sus ojos eran de los más bonitos que he visto en mi vida, te veias reflejados en ellos y cuando las luces daban de lleno en ellos tintineaban como una copa de cristal cuando le roza un rayo de sol,unos ojos que no sabía definir entre verdes o color miel.Sus labios eran rojo sangre, cualquier vampiro se pondría realmente excitado por morderlos, chuparlos y ya de paso desangrarlos, en los días nublosos y lluviosos esos labios eran color vino y cualquier alcohólico se tiraba a ellos, así la conocí yo, alcoholizado perdido en busca de unas babas que tuvieran sabor o que tuviera unos cuantos grados. Su pelo largo y castaño oscuro tirando a negro, parecía que fueran a salir murciélagos de esa cueva capilar, (hay quien tiene piojos y ella tenia ratas voladoras). Hablamos un breve tiempo y me dijo de quedar al día siguiente, yo no vacilé y tomé esa cita manga por hombro. Ese díaa estaba nervioso, no sé si fue las cuatro Coca colas que bebí o la comida que tal vez me hizo estar con el estómago bastante suelto. Llego la hora de quedada y me dijo: - Cuéntame... ¿cómo eres? e intenta describirte Vaya! yo nunca había hecho un prólogo sobre mí, así que le conteste: -No hace falta leerme mucho, tan solo mira mis gestos mi mirada y mi forma de hablar. Lo que ella no sabía es que mi humor negro podría molestarle o en algún momento ofenderla, (creedme un humor tan negro que a muchas personas les he vuelto racista) Escuchando sus palabras y observando sus gestos vi que era una chica con mucha autoestima y un orgullo bastante alto, ( la torre de Babel al lado de su orgullo se queda a la altura de las torres gemelas hoy en día) Tenía pinta de ser la típica niña que iba de recatada pero en el fondo escondía una fiera salvaje e indomable. Niña consentida y bastante mimada tal vez. Me comentaba que ningún hombre era lo suficientemente bueno para ella (Empezábamos bien) Yo la apodé "La chica calabaza" sabría que en algún momento me dejaría y tal vez nunca fuera a besar esos labios, así que al menos había que darse prisa. Me preguntaba si estaba nervioso, lo neguè, pero en mi cuerpo toda mi sangre se concentraba en un punto, el cual no podría disimular demasiado tiempo. Me rozó, me besó y me dijo: -A que esperas? En el momento en que me lancé y con los pantalones por los tobillos se levantó y me dijo: -Lo siento tengo que irme, he quedado, Ya si eso te llamo... pero no lo sé porque estaré muy liada... Y ahí me quedé yo por los pantalones y los calzones por los tobillos, mirándome a mí mismo y con la calabaza preparada y lista para meter mi gran vela que yacía bien encendida.

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